El Candy bar es un área en las fiestas y eventos que tiene relativamente poco que empezó a usarse, y no parece dejar de ser tendencia por mucho tiempo. Vemos que incluye bombones, gomitas, paletas, pastelitos en ocasiones, fruta las más raras, frituras y botanas para los que disfrutan los sabores picosos, pero hay un nicho en la mesa de dulces que es poco explorado y que queremos que vaya tomando fuerza.
Los dulces típicos o regionales no son
tan populares como sí lo serían dulces de marcas reconocidas, o tan cotizados
como los postres italianos o franceses que las mesas especiales incluyen, pero
sí son igual o más ricos, y con mejores características que las golosinas procesadas.
El 6 de noviembre de 2010 la UNESCO los reconoció
como patrimonio cultural inmaterial.
¿Quieres conocerlos un poco más? Pues
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¿Por qué comemos dulces?
La
fruta es innegablemente una fuente de energía, desafortunadamente las
conciciones del clima y transporte, no permitían a los viajeros conservarla por
tanto tiempo y se descomponía, lo que los llevó a extraer su pulpa, y
combinándola con mieles y cereales, los ayudaba a resistir largos y cansados trayectos.
Con el paso del tiempo fueron agregando ingredientes como azúcar de caña, leche,
chiles, raíces y otras plantas como el maguey.
¿Qué los hace tan buenos?
Son artesanales.
Actualmente los productos artesanales son la cúspide de las preferencias para
la gente joven, y si se agrega la virtud que también son naturales, se vuelven
un producto buscado por quienes quieren disfrutar un sabor exquisito y al mismo
tiempo no romper el primer propósito de año nuevo.
Son accesibles.
No estoy muy seguro que esto sea del todo bueno, pues debemos considerar que un
dulce artesanal conlleva mucho más esfuerzo que uno producido en serie, por lo
que te recomiendo que no “regatees” los precios de estos postres (ni de ningún
otro objeto hecho a mano). Valoremos el esfuerzo de las micro y pequeñas
empresas que los crean. Desafortunadamente no es tan sencillo competir con las
grandes marcas que tienen oportunidad de distribuir sus productos por todo
lugar, es por ello que si bien, no son tan baratos como un dulce regular,
tampoco son caros como ciertos postres extranjeros.
Son naturales.
Hechos de frutas, cereales, raíces, miel, semillas, y en su mayoría de muy poca
azúcar, y por supuesto sin conservadores que alteren su sabor, o colorantes artificiales
que quiten su tradicional imagen. Por lo mismo siempre estarán frescos y listos
para deleitar tu paladar.
¿Cuáles son los más populares?
En
Glamour disfrutamos mucho incluyéndolos en tu Candy bar, cotiza nuestra mesa de
dulces mixta en nuestra página de Facebook, en las que te recomendamos:
Cocadas:
De coco rallado y leche. Presentados en rueditas o en cubos más grandes.
Jamoncillo: De
leche quemada y adornado con nuez picada, blando al tacto.
Palanquetas:
Pueden ser de cacahuate o semilla de calabaza, cubiertas con miel de piloncillo.
Tamarindos:
Picosos, dulces, azucarados, hechos bolita (tarugos), en cuchara, en tarritos…
Alegrías: amaranto
y miel en forma de barritas, predilecta de quienes están a dieta.
Dependiendo la parte de México donde te encuentres, podrás disfrutar de muchos otros como camotes, merengues, muéganos, ates, y un sinfín de ricas opciones para incluir en tu Candy bar (y de vez en cuando como un gusto después de comer).
¿Tienes algún dulce típico favorito? Platícanos por qué, aquí en la cajita de comentarios.
-RJ
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